Afganistán, la guerra de los billones de dólares

La guerra en Afganistán, que llegó a su fin el pasado 30 de agosto con la retirada de las últimas tropas presentes en Kabul tras casi 20 años de ocupación, le costó al Tesoro estadounidense unos 2,3 billones de dólares, de acuerdo con cálculos del proyecto Cost of War de la Universidad de Brown (Rhode Island).

Sin embargo, varias empresas privadas obtuvieron ganancias millonarias, ya que de los 2,3 billones de dólares, 1,05 billones fueron destinados a financiar los gastos y operaciones del Departamento de Defensa en suelo afgano, tales son los casos de Dyncorp, Fluor, Kellogg Brown and Root (KBR), Raytheon y Aegis LLC.

«Esa guerra contó con unas fuerzas estadounidenses muy pequeñas -todas voluntarias- que estuvieron complementadas por contratistas militares. En general, hubo el doble de contratistas que de soldados estadounidenses», sostuvo Linda Bilmes, profesora de la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard.

«Como había mucho trabajo por hacer, eso significaba que los contratistas cargaban el combustible en los aviones, conducían los camiones, cocinaban, limpiaban, pilotaban helicópteros y transportaban todo tipo de equipos y materiales. También construían bases militares, aeropuertos, pistas de aterrizaje, etc.», agregó.

Si bien hubo más de un centenar de compañías (estadounidenses y de otros países) que recibieron por parte del Pentágono contratos para ejecutar todo tipo de servicios en Afganistán, solo cinco facturaron miles de millones de dólares, reveló la profesora Heidi Peltier, directora del proyecto «20 años de guerra» de la Universidad de Boston, que forma parte del proyecto Cost of War.

Los dos principales contratistas estadounidenses en Afganistán fueron Dyncorp y Fluor Corporation, que además obtuvieron acuerdos como parte del Programa de Aumento Logístico con Personal Civil (conocido en inglés como LOGCAP), entre otros.

Dyncorp -que recientemente fue adquirida por el consorcio Amentum- consiguió contratos valorados por US$14.400 millones, incluyendo US$7.500 millones en LOGCAP; mientras que Fluor logró acuerdos por US$13.500 millones, de los cuales US$12.600 millones en LOGCAP.

Por su parte, Kellogg Brown and Root (KBR) ganó contratos por US$3.600 millones; Raytheon por US$2.500 millones; y Aegis LLC por US$1.200 millones.

Otras empresas de Defensa, como Boeing, Lockheed Martin, General Dynamics, Northrop Grumman y la mencionada Raytheon, «hicieron una tonelada de plata con la guerra», puntualizó Linda Bilmes.

Sin embargo, resulta difícil determinar cuánto dinero facturaron realmente debido a que sus contratos no estaban directamente vinculados a las operaciones en Afganistán, reveló la portavoz del Pentágono, Jessica Maxwell.

«Es imposible obtener semejante estimado. El departamento de Defensa compra a estas compañías una amplia variedad de productos y servicios, pero estos no son adquiridos ‘solamente para’ Afganistán. Los compramos para operaciones en todo el mundo. Algunos fueron usados en Afganistán: unos por poco tiempo o de forma intermitente (como los aviones de transporte) y otros por periodos más largos», explicó.

Estos informes fueron elaborados a partir de la revisión de los datos disponibles en la web gubernamental usaspending.gov, que ofrece acceso a información oficial sobre los gastos del gobierno estadounidense y que fue creada tras la crisis financiera de 2008.